El activismo estudiantil que trata de impulsar el movimiento #MeToo en la República Popular China ha tenido que recurrir a la cadena de bloques para combatir la censura de las autoridades del país. Tras la desaparición de mensajes en clave feminista de plataformas sociales como WeChat o Weibo, la red de Ethereum se ha convertido en una aliada en la difusión de sus demandas.
La chispa que ha provocado el arranque de este movimiento en el país ha sido el intento de silenciamiento por parte de la Universidad de Pekín de la estudiante Yue Xin, quien llamó la atención sobre unas acusación de acoso sexual sucedidas hace dos décadas. Pese a que ella no estaba involucrada, demandaba que se hiciera público aquel episodio y denunció en una carta abierta publicada el pasado lunes que funcionarios universitarios habían tratado de intimidarla y acallarla.
La estudiante explicó, además, que el centro estudiantil la obligó a borrar información sobre el suceso que relató y solicitó a sus progenitores que la confinaran en casa. La carta, una simbólica muestra de disidencia en un lugar en el que cualquier crítica es amordazada, se difundió fuertemente a través de diferentes redes sociales y servicios de comunicación chinos hasta que en poco tiempo los mensajes relacionados con ella se eliminaron.
Se intentó continuar con la difusión de la misiva publicándola al revés, pero no sirvió, la censura volvió a actuar. Fue entonces cuando se pasó a Ethereum.
Blockchain, un inesperado aliado contra la censura gubernamental
The Peking University petition letter has now been stamped on ethereum so it can never be scraped from the web. Meanwhile posts on the same topic are disappearing from WeChat fast. Quite the symbolic move pic.twitter.com/zVF3utlUnx
— Lulu Yilun Chen (@luluyilun) 24 de abril de 2018
El mismo 23 de abril, una dirección de Ethereum se envió a sí misma según consta en los registros un valor de 0 ethers, con un coste de unos 53 centavos de dólares estadounidense. En los metadatos de la transacción, un espacio reservado para información adicional como el que pueden incorporar las transferencias bancarias tradicionales, estaba la carta abierta de la estudiante.
Dado que los registros de las transacciones son públicos y la cadena de bloques es prácticamente inexpugnable y no manipulable, la misiva de Yue Xin puede ser leída por cualquiera que acceda a estos registros y no puede ser retirada, dado que la tecnología en cuestión lo impide por su propia naturaleza.
No obstante y por ahora, no resulta sencillo para el público en general poder acceder al registro de la transacción fácilmente. El modo más sencillo de consultar la carta sería acudiendo a alguno de los escaneadores de transacciones de Ethereum, aunque el acceso a ellos podría ser bloqueado por los censores chinos. El alternativo, más complejo, consistiría en descargar la cadena de bloques al completo y formar parte de la red de la plataforma.
Episodios como este demuestran una vez más las posibilidades de blockchain. Quién sabe si en un futuro la cadena de bloques puede ser usada para la difusión libre y perdurable de información censurada en países con libertades limitadas.
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La noticia
Blockchain contra la censura en China: activistas del #MeToo usan Ethereum para escapar de los censores
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Toni Castillo
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