No descubrimos la pólvora si decimos que iOS 11 salió a la calle estando poco pulido. No muchos usuarios discuten que el último sistema operativo móvil de Apple se lanzó con una cantidad de errores y defectos mayor de la habitual. Parte de las soluciones han llegado, sí, pero su fama detallista se ha empañado. De ahí que hayan decidido, asegura Bloomberg, cambiar su plan para iOS 12.
El responsable de software Craig Federighi expuso la nueva estrategia a su ejército de ingenieros el mes pasado, de acuerdo con una persona familiarizada con el debate. Su equipo tendrá más tiempo para trabajar en nuevas características enfocándose en la optimización y refinamiento del software sin estar atados a una lista de mejoras anual simplemente para que la compañía pueda promocionar el salto de cada versión, según fuentes conocedoras de la situación.
El renovado foco en calidad está pensado para asegurar que la compañía puede cumplir las promesas hechas cada verano en la conferencia de desarrolladores y que las nuevas funciones funcionen correctamente.
Las grandes renovaciones anuales van a resentirse a partir de ahora
Desde los inicios del iPhone, Apple ha mantenido un ritmo anual de renovación que le debemos reconocer. No es fácil presentar año tras años una nueva versión de iOS con grandes avances ni mucho menos un nuevo terminal deslumbrante, pero ellos lo han conseguido durante mucho tiempo. Eso es así.
No obstante, como cuentan nuestros compañeros de Applesfera, este planteamiento funcionaba perfectamente cuando se limitaban a vender una decena de millones de iPhone de unos pocos modelos. Ahora, con muchas más posibilidades de su teléfono sobre la mesa, además del iPad y sus variantes, la situación se complica y los frentes abiertos son muchos. Todo se multiplica.
Esta noticia tiene dos lecturas: una positiva, aunque trascendental, y otra menos positiva, aunque quizás más nimia. La positiva es que este es un gran anuncio para los propietarios actuales o futuros de un iPhone. Si han sufrido los errores y los fallos del software de Apple saben que de ahora en adelante, al menos esa es la intención, los equipos de trabajo se centrarán todavía más en el rendimiento y la posibilidad de defectos debería ser menor. De ahí lo trascendente.
La menos positiva, y ya hemos avisado que quizás más nimia, es que las presentaciones anuales de Apple no van a ser lo que eran. Y no nos referimos literalmente a las clásicas y tan seguidas keynotes de los de Cupertino, sino a todo lo que presentan en ellas. Si en los últimos años las innovaciones no eran tan llamativas como las de antaño, o al menos no causaban el mismo impacto, a partir de ahora la cosa irá todavía a peor. Dado que el exceso de ambición ha provocado la situación vivida en iOS 11, el refinamiento será clave y las nuevas funciones por desarrollar o poner a punto quedarán en segundo plano. No serán prioritarias.
De las renovaciones anuales a las bianuales
Mientras que la actualización anual incluirá este otoño, según Mark Gurman, aplicaciones con un desarrollo común entre iPhone, iPad y Mac, una herramienta de salud para el control de los hijos y mejoras en los populares Animojis, dejará atrás otras novedades. Por ejemplo, el rediseño de las pantallas de inicio de iPhone, iPad y CarPlay o una aplicación de fotos renovada que puede sugerir qué imágenes ver.
Estas características se retrasaron después de que Apple Inc. concluyera que necesitaba su propia actualización importante de la forma en que la empresa desarrolla e introduce nuevos productos. En lugar de mantener a los ingenieros en un programa anual implacable […], Apple comenzará a centrarse en los próximos dos años en las actualizaciones de su sistema operativo para iPhone e iPad, según las personas familiarizada con el cambio.
Eso no significa que su software deje de actualizarse anualmente. Lo que quiere decir es que internamente los ingenieros tendrán más discreción para enviar características que no están tan pulidas al año siguiente, sin el imperativo de terminarlas imprescindiblemente para una fecha concreta.
Este nuevo planteamiento, además de suponer un cambio de paradigma para los fieles de Apple, plantea un serio reto corporativo. El desafío de mantener un óptimo equilibrio entre la velocidad a la que se desarrollan y presentan las innovaciones y la calidad de las mismas. De hacer perdurar la armonía entre anuncios y mejoras sorprendentes, en ocasiones fundamentales a la hora de hacer frente a la competencia, y fiabilidad de lo presentado. Apple parece que no volverá a ser la que era en cuanto a ritmo de asombros, pero sí en cuanto a integridad y perfección. El tiempo dirá si Federighi logra que los cambios no —o sí— se noten.
En Applesfera | La adopción de iOS 11 alcanza el 65% de los dispositivos, un ritmo más lento que iOS 10
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La noticia
Funciones sin errores a cambio de menos novedades: este es el plan de Apple para no fallar con el futuro iOS 12
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Toni Castillo
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